Jamás me había enfrentado a un caso como este.
Había un asesinato muy peculiar y el único testigo estaba en un hospital de salud mental, en un estado que lo dejaba totalmente imposibilitado para declarar.
No teníamos ni la menor idea de que era lo que había pasado para que los hechos terminaran de tal modo, sin duda había todo un rompecabezas por resolver. Así que no nos quedó más que citar a declarar a todos los conocidos del difunto y del principal sospechoso, que pudiéramos, a un interrogatorio.
La primera persona que pasamos fue la que más se opuso a asistir. Desde antes de entrar a la cabina ya mostraba unos ojos rojos, producto posiblemente de previo llanto. Desde un principio dejó en claro que quería terminar con esto lo más pronto posible. Sin embargo, resultaba ser una de las piezas más importantes para la investigación.
Empecé sin más la entrevista, no mostrándome frágil ante su expresión de víctima.
-¿Qué relación tuvo usted con Jung Yunho? –le pregunté sin más. Ella me miró con ojos de reproche por hacer la pregunta sin rodeos.
-No pierden el tiempo aquí, ¿verdad? –dijo barriendo con sus ojos el lugar; con desprecio—…
-Me pareció escuchar que quería marcharse rápido.
-Así, es... la situación de por sí ya es demasiado dolorosa…
-Entonces, ¿podría responder a mí pregunta?
Hizo gestos de querer responder, pero al final sólo terminó soltando unas lágrimas y sollozos.
Pude haberle dado palmaditas en la espalda o un baso de agua, pero tenía el presentimiento de que eso no me ayudaría a obtener respuestas. Cuando ella vio que no pudo obtener nada de mí, empezó hablar dramáticamente.
-¡Yo soy la que menos debería estar aquí!... ¡Se lo dije, se lo dije tantas veces! ¡Algo no estaba bien!... ¡¡No podía estar bien!! –gritó y dio unos golpes a la mesa. Pensé que tendría que esposarla, pero después se tranquilizó totalmente—Era su prometida… y una amiga muy allegada a la familia Jung. Pero desde que supe que me había dejado por un hombre no volví a saber de él.
-¿Está segura? –ella asintió mientras se limpiaba las lágrimas— ¿Ni una sola vez?
-Incluso lo evitaba cuando sabía que estaba en el hospital visitando a su padre —parecía muy sincera con sus respuestas.
-¿Cuándo fue la última vez que vio a Jung Yunho y a Kim Jaejoong?
-Hace como seis meses, cuando los descubrí besándose...
Lo de la relación entre Jung y Kim ya me lo esperaba. Aunque pensé que podría obtener más información de la ex prometida de Jung, todo parecía indicar que no sabía casi nada de la persona con la que iba a casarse.
Llegó entonces el momento de pasar al siguiente…
-Señora, comprendemos como se siente, pero necesitamos que nos diga más acerca de la relación de su hijo con Kim Jaejoong.
-Usted no entiende nada... sólo tuve un hijo, mi Yunho… y su padre está en una etapa muy avanzada de una enfermedad degenerativa… ahora me he quedado sin nadie... –no paraba de llorar, y no puedo negar que su situación me conmueve.
-Pero, necesitamos de su ayuda…
-¿Cree que yo lo hice? –me pregunta indignada.
-No la estoy culpando, sólo quiero que me diga…
-¡Lo escuché! Y sólo quiero que sepa que jamás en mi vida había visto tan feliz a mi hijo… estos últimos seis meses podría jurarle que fueron los mejores de su vida…
-¿Usted aprobaba su relación?
-¿Qué madre no quiere ver feliz a su hijo? –Me dijo sonriendo tristemente—… aún no me explico cómo pasó esto…
De alguna forma, sentí que la madre de Jung en realidad no tenía resentimientos contra Kim. De hecho parecía querer encontrar una forma de culparse ella misma.
La información más útil que pude obtener de ella es que los su hijo y Kim se llevaron muy bien los últimos seis meses; ningún conocimiento de peleas o discusiones.
Siguiendo con la misma línea, entrevisté al amigo más cercano de Jung, esperanzado de nuevo en obtener información de peso, ya que él conocía a Jung desde hace muchos años.
-Y, ¿bien? –me dijo apenas crucé la puerta.
-Parece que todos están muy apurados. –bromee un poco ya que parecía del tipo del que se entienden de ese modo.
-No es el sueño de nadie ir a ser interrogado sobre su amigo después de lo que le pasó.
-Si, lo sé, lo sé… pero como le dije a los demás, mientras más pronto me digan lo que quiero saber, más rápido podrán marcharse.
-Ah~ –suspiró profundo y después se reclinó en la silla hasta quedar semi recostado mirando el techo— No tengo ni la menor idea de lo que pasó.
Lo dijo como si se tratara de cualquier cosa, pero no se veía dolido ni mostraba signos de frustración.
-Usted fue el último que los vio.
-Es por eso que le respondo así –me dijo mirándome ahora a los ojos—. ¿Sabe? En este momento podría estar abatido en lágrimas como las dos personas que pasó antes, o podría estar ensimismado y negándome a hablar con usted. Pero… como fui el último que lo vio, puedo decirle que no hay nada en mi conciencia que me reclame el no haber podido hacer nada para cambiar lo que pasó.
-¿Algo sospechoso que hubiera notado en los últimos meses?
-Mmm… Bueno, desde lo que sucedió con ese tal “Justin” –me dijo con acento inglés exagerado— Yunho no podía dejar su paranoia.
-¿Se refiere al extranjero que está en prisión?
-¡¿Cuál más?!... Yunho estaba furioso porque no pudieron darle una condena más larga… pero como nunca encontraron el arma con la que había disparado…
No me había equivocado, esta entrevista me había dejado una de las pistas más contundentes que hasta ahora había logrado conseguir.
Antes de mandar llamar a la siguiente persona, que vendría directamente del reclusorio, dí un paseo a balística donde me terminaron de confirmar lo que ya sospechaba.
-¿Sabe por qué está aquí? –le pregunté hablando su idioma.
-Amm, algo escuché por allí –me dijo mientras veía las uñas de sus manos, aparentando superioridad—… que triste, ¿no cree?
-Si, lamentable…
-Casi como Romeo y Julieta.
-Así es, muy parecido… ¿Y qué papel vendría representando usted en esta historia?
-¿Acaso no sabe por qué estoy en prisión?
-El archivo menciona algunos problemas con su ética profesional, pero tengo entendido que hubo más que eso. –le dije inquisitivamente.
-Mi abogado y el jurado que determinó que faltaban pruebas opinan diferente. –respondió a la defensiva.
-Mire, le dejaré las cosas claras… sólo necesito que me ayude en ESTE caso… no me interesa agravar su condena.
-¿Por qué habría de ayudarlo?
-Porque siempre es bueno ayudar a un detective… sobre todo cuando hay un trámite de extradición pendiente —pude ver como de inmediato cambió su postura, su respiración y hasta su color de piel—. ¿Entonces?
-Está bien –dijo después de un momento—… en esa historia, de los enamorados… había un chico…
-Muy bien –así que hablará en tercera persona, obviamente no es nada tonto—.
-Ese chico vino aquí, a Seúl, con un objetivo...
-¿Cuál era ese objetivo?
-Vengarse.
-¿De quién?
-De Julieta… por esa razón él le envió un paquete a Romeo –hizo un gesto, como queriendo darme a entender algo.
-¿Qué contenía ese paquete?
-Unas cintas… que más adelante fueron “confiscadas”… cuando pasó el problema.
Ordené por un receso. Recordé que cuando sacaron las balas del contenedor de pruebas había algo más.
En el caso contra Justin Long al final sólo pudo procesársele por agresión menor y falta de ética profesional al entregar un paquete con cintas de sesiones con un paciente a un tercero. Ese paciente era Kim Jaejoong.
Después de terminar de escuchar un poco de esas grabaciones, mi cuerpo tembló por la adrenalina de sentirme tan cerca de esclarecer todo.
-¡Escúchame bien! –le dije levantando la voz por la ansiedad y para ejercer presión— Quiero que me digas, ¿qué reacción vio “ese chico” en “Romeo” cuando recibió las grabaciones?
-Él… ese chico, no pudo ver nada... –tartamudeó— Romeo las escuchó hasta mucho después de que se las enviara y…
-¡¿Y cómo supo que las había escuchado?!
-Él… los seguía… solía hacerlo… en especial a Julieta, la reacción de Romeo le importaba muy poco en ese entonces… Y cuando vio la gran pelea, y como Julieta dejaba el apartamento que compartían…
-Entonces, ¿estaba muy enojado?
-Furioso…
-¿Vio alguna agresión?
-Empujones, solamente.
-¿A dónde se fue Julieta después?
-Empezó a vivir con un amigo, pero después se fue a otro lugar... fue allí cuando él la atacó.
-Ese sujeto… el de la venganza… ¿fue el que le disparó aquella vez a Julieta, no es así? –titubeó un poco, ya que sabía que estaba a punto de confesar indirectamente.
-…Si
-¿Qué pasó con el arma?
-El sujeto corrió después de haber disparado… y tirado torpemente el arma en el suelo... –confesó avergonzado.
-¿Está seguro que… esa persona tiró dejó el arma en la escena? –hablé lentamente, recalcando la importancia de esta pregunta.
-Si.
Listo, eso ubicaba totalmente el arma en manos del posible asesino.
queeeeeeeeee! nooo, tienes que escribir más! Lo matan?! no puede ser T-------T
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