Capítulo 6: Dating
Changmin
No recuerdo con exactitud, cuantos vasos de aquel ron he consumido; bueno, estoy consumiendo. Mi rostro dos o tres vasos atrás, adquirió un tono rojizo, mi risa se tornó escandalosa, y todas las tonterías que lanza mi manager adquirieron sentido, sonando sumamente interesantes, aunque apenas pueda procesar cada vocablo que sale de sus labios.
Sí, quizás estoy empezando a embriagarme, llevé el sexto u séptimo vaso hacia mi boca, la sustancia líquida alcoholizada recorre mi tracto digestivo, quemando cada conducto a su paso; añadiendo gramos de alcohol a mi sangre, no tan pura en estos momentos, llevándose mi cordura restante de a pocos.
- Min-chan deja de beber – dice arranchándome el vaso, vertiendo lo sobrante en su garganta
- Mira quién lo dice – digo tratando de arrebatarle el vaso, con torpeza
- Lo dice tu “hyung” – pone especial énfasis en las últimas palabras
- Sí, que buen ejemplo ¿no? – el sarcasmo se hace presente, y ambos reímos como si el gas de la risa nos recorriera por las venas
- Devuélveme el vaso – ordeno, sonando tan imperativo como Junsu
- Nop, ya estas ebrio ¿Qué clase de hyung crees que soy? – Cuestiona con picardía, mientras se lleva otro vaso proporcionado a los labios – además los niñatos como tú no deberían beber – añade con superioridad
- Yo soy mayor a ti en demasiados aspectos – contrarresto, tratando de quitarle la pesada botella
- Que tu parezcas un cuarentón, no es mi problema – comienzas a reír
Tal vez si el alcohol no estuviera imperando en mi accionar, podría soltar algún sarcasmo inteligente, y aplaudirme por mi locuacidad. Sin embargo, dado que Shim ChangMin ha dejado de ser el mismo, pues…
- ¡Retráctate! – grito demasiado más alto de lo que había pensado, para luego lanzarme sobre él, ahorcándolo, literalmente
- ¿Qué demonios? ¡ChangMin! – gritas tratando de zafarte. Pero mi fuerza es mayor o no quieres hacerme daño
- ¡Retráctate! – grito una y otra vez sin soltarme, como un niño pequeño
- ¡Mierda ChangMin! ¡Suéltame de una puta vez! – gritas tratando de apartarme
- ¡Retráctate! – continuo, sin parecer querer detenerme
- No me dejas opción – susurras, para luego atraer mi rostro hacia ti
De pronto tus labios se habían unido a los míos, y mi boca había decidido corresponderte; de una forma poco inocente, tan ajena a mí. O eso había pensado hasta encontrarme así, enredando nuestras lenguas; jadeando exageradamente ante tu tacto en mi abdomen, disfrutando cada roce; comunicándotelo con los extraños sonidos que escapan de mis labios.
Mi cabeza daba vueltas y el querer detenerme, detenernos, no era prioridad. No cuando mi temperatura corpórea se había elevado a parámetros inexperimentados, no cuando mi rostro desnudo era cubierto con tus besos, no cuando mi primera vez estaba a punto de concretizarse y no es una voz femenina la que me acompaña.
Muerdes mi cuello, y el dolor no se compara a la exquisita sensación que recorre mi espalda. Y me hayo deseoso de más, mucho más. Tus diestras manos tratan de despojarme de mis jeans. Y un temor innegable nace desde mi estómago. Mi cuerpo comienza a temblar cuando el sonido de mi correa cayendo llega a mis oídos.
- Min – susurras, tu voz suena tan rasposa y sexy, que me lanzo a devorar tus labios
Aduciendo la culpa una y otra vez al alcohol que domina mis sentidos, que saca mi Id a flote. No soy yo, no puedo ser yo ¿cierto? Me separas levemente para tratar de hablar
- Min – continuas, y aquel tono de nuevo me hace perder la cordura - ¡Espera! – sostiene mi rostro
- ¿Qué pasa? –cuestiono, rehuyendo tu mirada, comenzando a besar tu cuello
- Sí continuas así, no podré detenerme – dices tratando de acallar tus gemidos
- No estoy pidiéndote que lo hagas – sincero escondiendo mi rostro en tu cuello
- Estás temblando, idiota – susurras en mi oído, mi sonrojo se acrecienta
- Mmm… - afirmo separándome de tu calor, el frío viento entrante me congela al instante
Rodeas mi cuerpo, abrazándome por la espalada, tu aliento sopla pasivo, y se siente tan bien tenerte así.
- Te resfriarás – dices rompiendo el silencio, dejando un beso en mi clavícula, produciendo un hormigueo en todo mi cuerpo
- KyuBok ¿Qué me está pasando? – cuestiono apenas audible
Un beso en mi frente parece querer responderme, pero soy yo quien no quiere entender. Quizás…Quizás yo…
YUNHO
“¿Estás quedando conmigo?” Tus palabras se repiten una y otra vez en mi cabeza, como si de una melodía infinita se tratase. Robándome sonrisas estúpidas, provocando aquel tono rojizo en mi rostro, que solo responde a tu nombre, Kim JaeJoong; mi amigo, mi Boo.
El solo pensar en ti, me pone de esta forma; y no hay remedio químico que pueda contrarrestar estos efectos secundarios ¿De qué? Pues de amarte como lo hago, amar tu aroma, tus besos, la calidez de tus abrazos, tú forma de reír de hablar, tu melodiosa voz, tu preocupación desinteresada, tus cuidados, todo absolutamente todo.
Y me duele, el pensar que para ti sea solo un amigo. Tu compañero de banda con el cuál debes hacer fanservice, hasta saciar los intereses monetarios de nuestros productores. Que aquellos besos que hemos compartido sean otros más de los que has tenido a lo largo de tu 24 años de vida.
Sé que la única forma de aclarar todas mis dudas es diciéndote, esto que quema mi pecho, al no poder besarte en todo momento, al no poder susurrarte cuanto te amo a cada segundo. Sin embargo, tengo miedo de tu rechazo, no quiero perderte. Quiero verte sonreír día a día sin importar si soy yo el que te hace feliz, pero, sabes, duele… duele mucho…
- Yunnie ¿Estás despierto? – tocas la puerta de mi habitación, para luego entrar procurando no hacer ruido
- ¿Qué pasa Boo? – cuestiono incorporándome, deleitándome con tu hermoso rostro
- Eh, preparado el desayuno – susurras, tomando asiento junto a mí, estableciendo un contacto visual tan profundo que me siento desnudo
- Me hubieras despertado para ayudarte – digo entrelazando nuestras manos, solo volteas la mirada, ubicándola en algún punto de la habitación lo suficiente alejada de mi
- Quise hacerlo, pero estabas durmiendo tan apaciblemente que me dio pena – comienza reír un tanto sonrojado, llevándome al séptimo cielo en el proceso
Nunca pararas de hacerlo ¿cierto? Comportarte tan…. Como tú. Enamorarme más y más. Esclavizándome, volviéndome dependiente de tus roces, de cada pequeño detalle que me expresas.
- ¿En qué piensas? – cuestionas, y me resulta hilarante que seas tú quién lo pregunte
- En cosas – en ti, en cuanto te amo, en tus besos, tus abrazos
- Que específico – dices rodando los ojos
- Vamos a por esos omelets – digo incorporándome
- ¿Cómo sabes que son omelets? – cuestionas, tus ojito se tornan un tanto más grandes de una manera tan tierna
- Mi olfato nunca falla - formas un puchero – además los lunes siempre preparas omelets
- ¡Tramposo! – me acusas mientras sirves los dichosos huevos revueltos, en ambos platos
- No es cierto, me pasas el jugo de naranja – suplico haciendo la carita de perrito
- ¡Aish! Sólo porque soy una persona tan caritativa, hermosa, bella, sexy – el narcisismo continuó hasta que respectivo jugo
- Tú y tu “diminuta” autoestima – me burlo, recibiendo un golpe en la cabeza
- Por cierto Yunnie ¿Quieres ir hoy al cine? – tuve que morder mi lengua para no escupir el jugo que había vertido en mi boca dos segundos antes
- Si, es decir por supuesto emm… - metí un trozo proporcionado de pan en mi boca para evitar decir alguna estupidez
Tu risa no tarda en expandirse por todo el comedor, produciéndome un cosquilleo en la boca de mi estómago. ¿Podré confesarte alguna vez esto que quema mi pecho? Espero que sí, nada podría hacerme más feliz.
JUNSU
Nos saltamos el desayuno, pues tener a mi madre y padre mirándonos exhaustivamente no se me hacía atractivo, de ninguna forma. Y con la excusa de una reunión de grupo, salimos intactos de mi antiguo hogar. Chunnie quiso ver una película, y por supuesto no pude negarme. No cuando sus labios se apoderaban de los míos tan tiernamente, y mi mente no pensaba en otra cosa que no fuera besarlo, amarlo.
Quizá debería preocuparnos que alguien pudiera vernos, así von las manos entrelazadas, besándonos a cada glorioso segundo de esta hermosa mañana. Dios, su colonia es tan exquisita, cada centímetro de mi ratón me enloquece.
- Susu ¿Qué película quieres ver? – cuestiona, besando mi frente, separando algunos mechones de mi rostro
- Cualquiera menos terror, acción, violencia, sadismo, suspen…
- Su, ya se me acabaron las buenas películas – dice mordiendo su labio inferior, en forma de súplica
- Pero las de terror me dan miedo, las de acción son aburridas, las de violencia son muy tu sabes sádicas y el suspenso me…
- Mi delfín ¿Quién ha dicho que vamos a ver la película? – una sonrisa extraña aparece en tu rostro, y si no me hubiera perdido en ella hubiera tratado de descifrar su significado
- ¿Eh? – es lo único que mi mente dicta
- Vamos a hacer otras cosas – dice para luego atraparme en un abrazo tan fuerte, que mi corazón empezó a latir tan fuerte ante su cercanía – como esto – acorta la distancia de nuestros labios, besándome tan tiernamente, provocándome un sonrojo prominente
- Chunnie – susurro hundiendo mi cabeza en su pecho – te amo tanto
- Y yo a ti mi delfín sexy – muerde mi oreja, el color de mi rostro debe estar de un rojo tan pronunciado que me avergüenza pensar en ello
- ¡Chunnie! O//o – grito separándome de él
- Lo siento, es que eres tan… tan cute – dice con la voz tan aguda besando mi mejilla
- Mmm… - hago un puchero para volver a unir nuestras manos, apurándolo – si seguimos así no vamos a llegar nunca
- Ok, pero dame otro besito – dice pronunciando sus labios sonrojándome por completo
Me acerco rápidamente depositando un corto beso sobre los suyos, separándome al instante con una sonrisa.
- Eso no vale ¡Quiero otro! – empezó a hacer un berrinche, viéndose tan hermoso, tan ¡Aish!
- Cuando lleguemos al cine – puntualizo, jalando su brazo para apresurarlo
- En ese caso – dice riéndo, y antes de poder voltear a interrogar el significado
Me alza en sus brazos, empezando a correr, mi termómetro corpóreo debe ser alarmante en estos instantes. ¿Pero qué demonios importa cuando tengo tan cerca a mi ratón pervertido?
YOOCHUN
No sé de donde he sacado la fuerza necesaria para poder sostener de esta manera a mí Su, después de todo su enorme “atributo” debe añadir algunos kilos a su masa corporal. Aunque no podría quejarme por aquello ¿cierto?
La brisa matutina mece sus cabellos, dándole un aspecto angelical, la forma en la cual se sostiene en mi pecho, y aquel lindo tono carmesí en sus mejillas; absolutamente cada parte de él me es tan adorable, tan tierna, que da ganas de comérselo; de todas las formas posibles.
Supongo que es una de las tantas cosas que me hacen amarlo, como lo hago; que me hacen admirarlo todo el tiempo, perderme en sus ojos; sonreír en todo momento.
- Su ya llegamos - digo agradeciendo la ausencia de personas en el susodicho lugar
Depositándolo con cuidado en el suelo, abrazando su cintura
- Chunnie nos pueden ver – susurra contra mi hombro, cohibido
- Mmm… tienes razón – digo para conducirlo detrás de unos anuncios – me debes algo – le sonrío seductoramente, disfrutando del carmesí que volvía a teñir su rostro
- Tonto – susurra antes de unir nuestros labios, en un beso tan cálido y tierno, que me siento todo un pervertido besando a mi niño
- ¿Vamos a comprar los tickets? – cuestiono besando tu albina frente, disfrutando de tu aroma fresco y embriagador
- Ok, vamos – con cautela abandonamos nuestro “escondite”
Cuando nos disponíamos a entrar en la sala indicada, la luz de un flash se hace presente; con espanto regreso la mirada, temiendo lo peor; sin embargo el pasillo permanece vacío, ni un alma alrededor. Debe haber sido mi imaginación, tiene que haber sido mi imaginación ¿o no…?
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