YUNHO
Tus suaves pasos resonando progresivamente en mi cerebro, como si de una musiquilla infinita se tratase. Tu dulce aroma hipnotizándome, embriagando mis fosas nasales. Enloqueciéndome, aún más, cada vez más.
El gran condominio, al cuál nuestro departamento pertenece; dejándose ver en la distancia. Mis pasos tornándose lentos y pausados conforme nos acercamos. Tu albina mano sujetando fuertemente la mía. Nuestros dedos líricamente entrelazados. ¿Por qué hablo de poesía? Es la definición más acertada de tu persona: un poema, desbordante de metáforas y diversas figuras literarias a descifrar. Tus ojos azabaches, fijos en alguna parte del cielo, alguna nube en específico; inconscientes de mi penetrante mirada hacia ti.
Tu semblante tranquilo y pasivo, tus labios tan rosados carnosos ligeramente entreabiertos, clamando a gritos por los míos. Que hacedero sería dejarme llevar por mis pecaminosos deseos; sin embargo el futuro nada grato al que conllevaría me impide efectuarlo.
De un momento a otro te detienes, obligándome a imitarte ¿Qué pasa? Comienzas a palpar tus bolsillos ¿Qué estas buscando con tanta prisa? Extraes tu móvil de uno de los bolsillos traseros de tus jeans. Observas la pantalla unos segundos, aceptas la llamada.
- Junsu...ah
- Hyung – su voz suena tan apagada, tan vacía
- ¿Qué sucede?
- Nada importante, sólo avisaba que voy a quedarme el fin de semana en casa de mis padres – hace una pausa, puedo jurar que contiene el llanto – voy a colgar
El conocido sonido del término de la llamada comienza a sonar, dejándonos en blanco ¿Qué fue eso? Ese no era Junsu, no el niño alegre y curioso que conocemos. Volteas a mirarme, tu mirada triste y preocupada; evidencia en mí un sentimiento protector. Mis brazos rodeando tu espalda en un abrazo, tu delgado y bien formado cuerpo tensándose bajo mi toque. Tus brazos rodeando mi cintura, tímidas, dóciles.
- Todo va a estar bien, Junsu se repondrá – susurro en tu oído trasmitiéndote mis fuerzas
Escondes tu cabeza en mi pecho, acaricio tus cabellos. Te amo, te amo tanto mi Boo.
- Gracias – susurras apenas audible
Te separas lentamente, clavando tus desolados ojos negros en los míos. Sintiéndome desnudo bajo tu accionar. Mi cerebro desconectándose mis músculos céciles, negándose a cooperar.
- Yunnie – susurras mi nombre, tu mirada brilla de una forma tan nueva que provoca electricidad en mi inmovilidad temporal, volteas la cara al parecer te haz dado cuenta lo que haz provocado en mí con tan sólo una mirada ¡Es tan vergonzoso!
- Continuemos – haciendo un máximo esfuerzo es la única palabra que puedo pronunciar
- Sí – susurras tu voz sonando aguda, arrepentida. Tu cabeza apoyándose en mi hombro ¿es necesario llegar a casa en estos momentos?
Siento tu mirada nuevamente sobre mí, volteo a verte encontrando mis labios a centímetros de los tuyos ¿Porqué hace tanto calor de repente? Tus labios acercándose cada vez más ¿o son los míos? ¡A quién carajos le importa eso YunHo! Tu aroma a fresas embriagándome aumentando mi deseo por ti, por tus incitantes labios... Mi celular suena, comienza a vibrar ¡Mierda! ¡Justo ahora!
Masajeas tu cuello, noto el sonrojo en tus mejillas. Intentas decirme algo, el maldito aparato vuelve a sonar. Bajas la cabeza escondiendo tu rostro en tus lacios cabellos. Te adelantas, acelerando tus pasos, volviéndolos zancadas. Alejándote de mí. Un nuevo timbre me devuelve a la realidad.
- ¿Diga? – mi voz suena fastidiada ¿Porqué tenía que ser ahora?
- YunHo- hyung, estaré el fin de semana fuera – hizo una pausa, un hipido se hace escuchar – si Junsu llama – se calló nuevamente, su tristeza podía palparse – nada, nada, sólo... voy a colgar
- ¡YooChun espera! – el sonido incesante de la llamada finalizada suena, mi desesperación creciendo ¿Qué carajos sucede?
Un suspiro de frustración surgiendo de mis labios, comienzo a caminar; entrando en el edificio, mis pasos tan pesados. Algo anda mal, muy mal. Sólo espero que esos dos solucionen sus asuntos sin llegar a mayores. Tu rostro sonrojado se reproduce en mi cerebro “Yunnie...”
¿Quién inventó los putos celulares? ¡Me va a escuchar! Camino hacia las escaleras de emergencia, nos es buena idea usar el ascensor, aún más si tu estas en él. Estar en una pequeña cabina a solas es demasiado para mi “afanosa” conciencia.
No te preocupes YunHo el veinteavo piso no está tan lejos como crees. ¡U-know YunHo Fighting!
CHANGMIN
Miro nuevamente mi reflejo en aquel colosal espejo. Mi cuerpo cubierto únicamente por mis bóxers, mientras elijo que camiseta combinaría óptimamente con los jeans gastados oscuros que planeo ponerme. Hace aproximadamente media hora el idiota ese, se ofreció a comprar el almuerzo, como todo humano racional acepté. Ya saben lo que dicen ahorro es progreso. No me considero un tacaño sin embargo las personas inteligentes somos futuristas ¿Qué habrá pasado por su cabeza? Estoy seguro que querrá algo a cambio. La puerta se abre de golpe sin darme tiempo de reaccionar.
- Wow, tu sesiones en el gimnasio han sabido dar frutos – me dirige una mirada de pies a cabeza
- No sabes tocar antes de entrar ¡Imbécil! – me tapo con lo primero que veo, siento mi rostro arder. ¡Diablos!
- ¿Algún problema? Somos hombres ¿Qué de malo tiene?
- Que tú pateas con las dos piernas ¡Todavía preguntas! – mi rostro adquiriendo un color más rojizo, conforme se acerca a mí
- Tranquilo Changminnie, tú no me atraes – me observa divertido ante mi evidente nerviosismo – no de “ese” modo
- ¡Sólo lárgate de una puta vez! – le lanzo un objeto cualquiera a mi alcance ¿Porqué tenía que ser una almohada? ¡Maldición!
- A menos que – su sonrisa ensanchándose, su tez albina cada vez más cerca de la mía
- ¿A menos que? – mi voz quebrándose por su cercanía, convirtiéndose en un susurro
- A menos que sientas algo por mí – deposita un beso fugaz pero profundo en mis labios, dejándome sin palabras, sin saber como diablos exactamente reaccionar. El sabor a cerezas expandiéndose por mi cavidad – por supuesto, no te culparía – me guiña un ojo y sale de la habitación
Mis latidos retumbando en mis oídos ¿Qué carajos fue eso? ¡Ese cabrón ególatra! Me coloco la ropa lo más rápido que puedo, saliendo de la habitación dispuesto a darle una reprimenda.
- ChangMin apúrate que no tengo todo el día – por alguna razón desconocida mi enojo se desvanece, al igual que YooChun cada noche
- ¡Que te jodan! – su risa no se hace esperar
Regreso a la habitación cojo un saco y salgo. Me espera sonriente mostrándome su brazo galantemente ¿Tengo cara de lady o qué? ¡Aish! Contento por tener una razón adicional por la cual propinarle una buena patada en “cierta” parte de su anatomía, lo realizo.
- Apresúrate no tengo todo el día – susurro en su oído, la felicidad embargándome por completo
- ¡Hijo de... – dice retorciéndose del dolor, cayendo de rodillas al piso
Comienzo a reírme la venganza es deliciosa, quizás tanto como las cereza.
JUNSU
Mi mano temblando, mis dedos tiesos sin atreverse a tocar el maldito timbre. Por fin de un doloroso manotazo, el dichoso sonido comienza a cantar, resonando por los pasillos de mi infancia; aquellos que me vieron crecer, tropezar, llorar, reír.
Mi madre abre la puerta de pronto, sus orbes abriéndose al máximo. Sus ojos expresando ternura y consuelo, siento mis lágrimas resbalar por mis mejillas. Esto era justo lo que no quería. ¡Xiah Junsu puedes tratar de ser más fuerte por una puta vez en tu vida! Sus brazos envolviendo mi espalda, mi cabeza apoyándose en su pecho.
- Bienvenido mi pequeño Junsu – su dulce voz envolviéndome, dando rienda suelta a mis lágrimas
Después de unos largos minutos en la misma posición, entramos saludé a mi hermanito a papá y por supuesto a Shaki. Hubiera sido un magnífico distractor de no ser porque las risas de YooChun al jugar con el mencionado, no hubieran sido recordadas tan perfectamente por mi traicionero cerebro
- Junsi, bebé – la voz melosa de mi madre me sacó de mis pensamientos
- ¿Qué pasa?
- No haz tocado tu comida, ni el chocolate caliente – forma un puchero mientras lágrimas sobreactuadas escapan de sus ojos almendrados
- No tengo hambre – la miro con ojos suplicantes
- Esta bien, descansa. Te quiero – deposita un beso en mi frente, desordena mi cabello
Le sonrío, mis pies dirigiéndose a las escaleras. Abro la puerta de la que solía ser mi habitación, parece que nunca hubiera dejado esta casa, que aquellos peluches y cortinas de encaje me veían despertar todas las mañanas. Me recuesto, dejándome acariciar por las sábanas, diviso mi reproductor encima de la mesilla de noche. Quizás un poco de música pueda distraerme un rato
Blink... Smell it and fell it
Open open your eyes
Just look at me now
Su voz sonando tan desolada, las lágrimas nuevamente fluyendo.
- Siempre te e visto sólo a ti Chunnie, solo a ti ratón, solo a ti
YOOCHUN
Mis piernas alcanzaron su límite hace mucho, no puedo dejar de caminar tampoco quiero hacerlo. Mis ojos mirando de un lado a otro, recorriendo cada rincón del espacio que me rodea, buscando unos ojos rasgados, una tez albina; un rostro perfecto.
I can’t let you go...
Mis pasos conduciéndome a todos aquellos lugares de Seúl, que mi cerebro logra evocar, todos y cada uno de ellos crudamente descartados, mi corazón estrujándose salvajemente con cada decepción ¿Es posible sentir un dolor de tal magnitud? Por dios que sí. Sólo Xiah Junsu sería capaz de causar tantos estragos en mí, con su conducta; cada acto suyo sistemáticamente grabado en mí, dispuesto a conllevar conductas nada habituales.
Lágrimas fluyendo por mi rostro, mi vista nublándose. Mi mente rememorando tu figura, tus facciones, tu calor. “Gambare...” YunHo hyung habla en mi mente, sonrío. Seco mis lágrimas con la manga del grueso saco que llevo puesto. Será mejor que llame y avise que no llegaré hoy, conociendo a mis “padres” y su obsesiva paranoia; pueden extrapolar demasiado.
Busco en mis bolsillos, encontrando el aparato móvil. Mis dedos marcando el número indicado, temblando. Rogando para que mi voz no suene tan obvia
- ¿Diga? – su voz gruesa un tanto molesta, que extraño
- YunHo- hyung, estaré el fin de semana fuera – trato de reprimir un hipido, fallo – si Junsu llama – Dios, YooChun continúa – nada, nada, sólo... voy a colgar
- ¡YooCh... – cuelgo, es mejor así hablar en estos momentos no es la mejor alternativa
El cielo nublado, el clima frío ¿Cuán bipolar puede llegar a ser el clima? El último lugar y el menos probable en el cuál encontrarte es en casa de tus padres, nunca te gustó que se enteren de tus problemas. Pese a las impresiones de los demás eres un hombre bastante independiente. Todo lo opuesto a mí. Pero ese es tema aparte. Junsu... espérame.
- No sabes tocar antes de entrar ¡Imbécil! – me tapo con lo primero que veo, siento mi rostro arder. ¡Diablos!
- ¿Algún problema? Somos hombres ¿Qué de malo tiene?
- Que tú pateas con las dos piernas ¡Todavía preguntas! – mi rostro adquiriendo un color más rojizo, conforme se acerca a mí
- Tranquilo Changminnie, tú no me atraes – me observa divertido ante mi evidente nerviosismo – no de “ese” modo
- ¡Sólo lárgate de una puta vez! – le lanzo un objeto cualquiera a mi alcance ¿Porqué tenía que ser una almohada? ¡Maldición!
- A menos que – su sonrisa ensanchándose, su tez albina cada vez más cerca de la mía
- ¿A menos que? – mi voz quebrándose por su cercanía, convirtiéndose en un susurro
- A menos que sientas algo por mí – deposita un beso fugaz pero profundo en mis labios, dejándome sin palabras, sin saber como diablos exactamente reaccionar. El sabor a cerezas expandiéndose por mi cavidad – por supuesto, no te culparía – me guiña un ojo y sale de la habitación
Mis latidos retumbando en mis oídos ¿Qué carajos fue eso? ¡Ese cabrón ególatra! Me coloco la ropa lo más rápido que puedo, saliendo de la habitación dispuesto a darle una reprimenda.
- ChangMin apúrate que no tengo todo el día – por alguna razón desconocida mi enojo se desvanece, al igual que YooChun cada noche
- ¡Que te jodan! – su risa no se hace esperar
Regreso a la habitación cojo un saco y salgo. Me espera sonriente mostrándome su brazo galantemente ¿Tengo cara de lady o qué? ¡Aish! Contento por tener una razón adicional por la cual propinarle una buena patada en “cierta” parte de su anatomía, lo realizo.
- Apresúrate no tengo todo el día – susurro en su oído, la felicidad embargándome por completo
- ¡Hijo de... – dice retorciéndose del dolor, cayendo de rodillas al piso
Comienzo a reírme la venganza es deliciosa, quizás tanto como las cereza.
JUNSU
Mi mano temblando, mis dedos tiesos sin atreverse a tocar el maldito timbre. Por fin de un doloroso manotazo, el dichoso sonido comienza a cantar, resonando por los pasillos de mi infancia; aquellos que me vieron crecer, tropezar, llorar, reír.
Mi madre abre la puerta de pronto, sus orbes abriéndose al máximo. Sus ojos expresando ternura y consuelo, siento mis lágrimas resbalar por mis mejillas. Esto era justo lo que no quería. ¡Xiah Junsu puedes tratar de ser más fuerte por una puta vez en tu vida! Sus brazos envolviendo mi espalda, mi cabeza apoyándose en su pecho.
- Bienvenido mi pequeño Junsu – su dulce voz envolviéndome, dando rienda suelta a mis lágrimas
Después de unos largos minutos en la misma posición, entramos saludé a mi hermanito a papá y por supuesto a Shaki. Hubiera sido un magnífico distractor de no ser porque las risas de YooChun al jugar con el mencionado, no hubieran sido recordadas tan perfectamente por mi traicionero cerebro
- Junsi, bebé – la voz melosa de mi madre me sacó de mis pensamientos
- ¿Qué pasa?
- No haz tocado tu comida, ni el chocolate caliente – forma un puchero mientras lágrimas sobreactuadas escapan de sus ojos almendrados
- No tengo hambre – la miro con ojos suplicantes
- Esta bien, descansa. Te quiero – deposita un beso en mi frente, desordena mi cabello
Le sonrío, mis pies dirigiéndose a las escaleras. Abro la puerta de la que solía ser mi habitación, parece que nunca hubiera dejado esta casa, que aquellos peluches y cortinas de encaje me veían despertar todas las mañanas. Me recuesto, dejándome acariciar por las sábanas, diviso mi reproductor encima de la mesilla de noche. Quizás un poco de música pueda distraerme un rato
Blink... Smell it and fell it
Open open your eyes
Just look at me now
Su voz sonando tan desolada, las lágrimas nuevamente fluyendo.
- Siempre te e visto sólo a ti Chunnie, solo a ti ratón, solo a ti
YOOCHUN
Mis piernas alcanzaron su límite hace mucho, no puedo dejar de caminar tampoco quiero hacerlo. Mis ojos mirando de un lado a otro, recorriendo cada rincón del espacio que me rodea, buscando unos ojos rasgados, una tez albina; un rostro perfecto.
I can’t let you go...
Mis pasos conduciéndome a todos aquellos lugares de Seúl, que mi cerebro logra evocar, todos y cada uno de ellos crudamente descartados, mi corazón estrujándose salvajemente con cada decepción ¿Es posible sentir un dolor de tal magnitud? Por dios que sí. Sólo Xiah Junsu sería capaz de causar tantos estragos en mí, con su conducta; cada acto suyo sistemáticamente grabado en mí, dispuesto a conllevar conductas nada habituales.
Lágrimas fluyendo por mi rostro, mi vista nublándose. Mi mente rememorando tu figura, tus facciones, tu calor. “Gambare...” YunHo hyung habla en mi mente, sonrío. Seco mis lágrimas con la manga del grueso saco que llevo puesto. Será mejor que llame y avise que no llegaré hoy, conociendo a mis “padres” y su obsesiva paranoia; pueden extrapolar demasiado.
Busco en mis bolsillos, encontrando el aparato móvil. Mis dedos marcando el número indicado, temblando. Rogando para que mi voz no suene tan obvia
- ¿Diga? – su voz gruesa un tanto molesta, que extraño
- YunHo- hyung, estaré el fin de semana fuera – trato de reprimir un hipido, fallo – si Junsu llama – Dios, YooChun continúa – nada, nada, sólo... voy a colgar
- ¡YooCh... – cuelgo, es mejor así hablar en estos momentos no es la mejor alternativa
El cielo nublado, el clima frío ¿Cuán bipolar puede llegar a ser el clima? El último lugar y el menos probable en el cuál encontrarte es en casa de tus padres, nunca te gustó que se enteren de tus problemas. Pese a las impresiones de los demás eres un hombre bastante independiente. Todo lo opuesto a mí. Pero ese es tema aparte. Junsu... espérame.
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